Entrevista a Juan Carlos Merino

Antes de adentrarnos más en tus historias, cuéntanos… ¿Quién es Juan Carlos Merino?
Me considero una persona muy normal, que gusta gozar de su tiempo libre y sabe disfrutar de sus momentos en soledad. Me encanta el cine y la lectura, ya sean libros o cómics. Veterano jugador de rol, que todavía de vez en cuando se permite jugar alguna que otra partida, me encantan también los juegos de mesa y he creado un par, aunque no están comercializados. Por otro lado, soy coleccionista de productos relacionados con el cine, figuras, etc, hasta el punto de que corro el riesgo de que un día me echen de casa. Para finalizar, añadir que vivo en Madrid desde muy pequeñito, tanto que ni recuerdo haber llegado, aunque soy natural de Barcelona y comparto mi existencia con mi mujer e hija, además de mi perro.

¿Cuál es el primer libro que leíste o el que recuerdas con más cariño?
Recuerdo con mucho cariño mis lecturas durante la infancia, Los elige tu propia aventura, o los que eran de Dungeons and Dragons pero que tenían el mismo sistema. Y por supuesto no me puedo olvidar de los grandes clásicos y los cómics. Hay tanto que es difícil enumerarlo todo, pero, sin duda, si un libro es culpable de ser lo que soy hoy en día, es El señor de los anillos. Me atrapó con unos 16 años quizás y me devolvió del revés. Pienso que es una obra sin igual y que podrá gustarte o no, pero corres el riesgo, al leerla, de que cambie tu vida. Épica, aventura, valor, drama, guerra… Lo tiene todo. 

¿En qué momento te diste cuenta de que querías ser escritor?
En realidad, prefiero decir que me gusta escribir a calificarme como escritor, aunque es cierto que, los que escribimos, somos escritores. Esta aventura, en la que me hallo sumergido, comenzó hace muchos años gracias a los juegos de rol, cuando escribía guiones y trasfondos para los personajes que introducía en las partidas. Es aquí donde, probablemente, me percaté de que me gustaba escribir. Con el tiempo, llegaron mis primeros intentos de novela, intentos que no llegaron a ninguna parte, pero que
me sirvieron como aprendizaje, así como relatos, algunos de los cuales pude publicar en la revista digital ZK.2.0. De todos estos intentos o relatos, había uno que deseaba, por encima de todos, ver convertido en libro: La isla de Santa Rena. Siendo, originalmente, una partida de rol que dirigí, la idea de verla convertida en un libro, siempre me persiguió y, una vez me surgió la oportunidad, no la dejé escapar.
A partir de aquí y habiendo disfrutado mucho del proceso, me lancé a escribir mi segunda novela a la vez que continuaba realizando relatos breves.
En resumen, tengo muy claras las ideas de lo quiero transmitir además de la necesidad de hacerlo y me satisface mucho el poder trasladarlas al papel.

Escribes fantasía, misterio e Histórica ¿Como te documentas a la hora de escribir este
último género?
Tengo la ventaja de que, como historiador aficionado, ya dispongo de unas bases que me ayudan a crear el trasfondo de los personajes y del escenario. A partir de ahí, contamos con el maravilloso mundo de internet donde la información se rifa. En cualquier caso, tampoco busco hacer libros históricos y ninguna de mis dos obras lo son, pero el ambientarlas en épocas pasadas obliga a documentarse un mínimo. Además, añadir ciertos datos ayudan al lector a trasladarse, enriquecen la historia y a mí me hacen disfrutar por partida doble. 

Tu última novela se titula La médium y la máscara ¿Que nos puedes contar de ella?
Trata de una médium de la época victoriana, Bethany Hound, a la que una organización del gobierno que investiga sucesos paranormales le pide que confirme la muerte de un antiguo mariscal de Napoleón Bonaparte, Alojz Strnad, al que apodaban el oscuro por su afición a realizar ritos paganos. Esta sencilla y extraña petición, desembocará en una sesión de espiritismo que será el preámbulo de un viaje en el que nuestra médium se unirá a un grupo de singulares mercenarios en busca de desentrañar un misterio que envuelve a la familia Strnad y a su búsqueda de un artefacto de mucho poder.

Es una narración que me gusta definir como “de Winchester, sables y fantasmas” y que en alguna reseña se ha calificado como “una aventura como las de antes”, lo que, considerándome un firme defensor de la aventura clásica, hace que me enorgullezca mucho. En sus páginas se reparte el misterio, la acción y la fantasía a partes iguales, todo ello aderezado por un poco de ambientación histórica.

¿Cómo surgió la idea? y ¿Que escena te costó más escribir?

Surge por un cúmulo de ideas que comienza con el hecho de que un personaje lleva una máscara blanca. Uno de mis personajes más queridos de rol era un hechicero de mal carácter que portaba una máscara blanca inexpresiva. Me gustó mucho esta idea para la creación de un personaje, en este caso, para un mariscal del ejército de Napoleón, una idea muy atractiva y singular. Por otro lado, el introducir a los cinco de Burke, un grupo de mercenarios de distintas naciones, proviene de una narración inacabada que escribí hace mucho tiempo y en la que mezclaba varios guerreros de distintas épocas. La introducción de otros personajes fue paralela a la resolución de la trama, que se fue desarrollando sola, una vez tenía unos pasajes muy claros.

El final es una escena larga y muy intensa, fue difícil escribirla ya que entran en juego muchos personajes a la vez al igual que otra escena con la que ocurre algo similar. Sin dar detalles, puedo adelantar que ambas son de acción. Durante la narración, hay tres historias que circulan en paralelo y también fue complicado encajar los tiempos.

    De todos tus personajes ¿Cuál es tu favorito y con cuál te irías de fiesta?

    Con cualquiera de los Cinco de Burke, que son un grupo de mercenarios muy singulares o con Mike Malone de La isla de Santa Rena, un gánster de Chicago. Disfruté muchísimo creándolos y escribiendo sobre ellos. Todos, opino, son muy carismáticos y sería genial poder conocerlos, aunque, sinceramente, no creo que encajara a su lado. 
    Ya puestos, preferiría la idea de tomar un café tranquilamente antes que la de irme de fiesta.

    A la hora de escribir ¿Tienes alguna manía?
    Ninguna en especial, a veces escribo en silencio, a veces con música o incluso con una película de fondo. Como singularidad, he llegado a ponerme escenas o bandas sonoras de películas para ambientarme en algún caso concreto. Me viene a la mente ahora mismo, por ejemplo, el final de Drácula de Francis Ford Coppola, el sacrificio de El Secreto de la Pirámide o la batalla final de Master and Commander.

    ¿Consideras que hoy en día llegar al público es más complicado o que es más sencillo que antes?
    Internet supone una herramienta increíble y única para promocionarse, pero también
    engañosa. Resulta terriblemente difícil darse a conocer, es una carrera de fondo, no de
    velocidad y puede resultar muy frustrante pensar en que tienes una buena historia imposible de hacer llegar al gran público. Conozco casos de autores que, pese a la buena interacción que pueden tener sus publicaciones, no venden apenas ejemplares, algo lógico si nos paramos a pensar que se prefiere ir a lo ya conocido y que muchas interacciones son puramente eso, interacciones, sin interés por adquirir la obra.
    A la vez que contamos con unas herramientas de promoción muy potentes, sigue siendo increíblemente difícil llegar al público. El marketing lo es todo y si lo dominas te resultara más fácil.
    En mi caso, reconozco tener una relación amor-odio con las redes sociales. Son muy útiles, pero no me siento cómodo en ellas.

    Te gustan también los clásicos de aventuras ¿Te animarías a escribir una historia así?
    Claro. Pienso que, hasta cierto punto, La Médium y la Máscara tiene mucho de aventura
    clásica, del cine de aventuras de antaño. Ambos casos me parecen muy difíciles de encontrar hoy en día. Como firme defensor de la figura del héroe clásico, me han decepcionado mucho algunas adaptaciones que se han hecho en la actualidad, secuelas de grandes películas de nuestra infancia o de series en las que las principales figuras no solo envejecen, sino que se nos muestran decadentes. Por otro lado, la literatura clásica, libros como La isla del tesoro o Drácula, deberían ser de lectura obligada en escuelas. Estas historias tienen una épica y una magia que es muy raro encontrar en trabajos modernos, son creaciones magistrales que todos deberíamos conocer y aúnan la acción y la aventura que un chaval joven (y un adulto) necesitan. Para un chaval de diez años, meterse en la piel de Jim Hawkins, codearse con piratas, vivir batallas e ir en busca del tesoro del capitán Flint, debería de ser lo más.

    5 preguntas rápidas:

    Color favorito: Ninguno, depende del momento. 

    Película favorita: Uuuf…. muchas pero por lo que supuso en su momento y por el cariño que le tengo, elijo la trilogía original de Star Wars. Pero que conste que, como diría el maestro Yoda, “difícil elección es”.

    Libro que recomiendes: Baltimore, de Mike Mignola y Christopher Golden. Vampiros en la primera guerra mundial.

    Género favorito: Misterio, fantasía, aventura.

    Cliché favorito y uno que odies: Odio al típico personaje secundario cómico. Parece que siempre hay que meterlo, aunque no haga falta. Es una manera terrible de hacer que una historia pierda seriedad. Acabarán por hacer un premio dedicado al mejor secundario cómico amigo del protagonista. Mi favorito es cuando los héroes llegan en el último momento al rescate, no deberíamos perder ese recurso.

    Antes de marcharnos, dinos donde podemos seguirte en redes sociales para no perdernos nada de tus historias.

    Tanto si se quiere subir una reseña u opinión, como curiosear o ponerse en contacto conmigo, hay tres métodos:

    Facebook: Novelas de Juan Carlos Merino

    Twitter: Juancarmmm

    Instagram: Laisladesantarena

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