El sindrome del impostor o el conocido pesado que no quiere irse

El conocido que se presenta sin avisar, que hace todo lo posible por molestar aun cuando sabe que quieres que se pire. Podría ser una forma de describir el síndrome del impostor, que se presenta cuando le da la gana y nos dificulta escribir, crear, soñar e incluso nos hace creer que no valemos nada. 

Se hace complicado luchar contra él, por eso hoy quería hablar de este tema que me parece tan interesante y tan importante. Todos los artistas, de cualquier índole, han sufrido este tipo de bloqueos. Pensamos que nuestro trabajo, por buenas críticas que tenga o por mucho que nuestros editores o conocidos nos digan que está muy bien y que no debemos pensar así, es horrible y que no valemos nada o que lo que hemos creado no tiene cabida en el mundo escritoril que a nadie va a gustarle y acabas creyéndote todo lo que te dice.

No es fácil luchar contra él, pero hay opciones que podemos intentar. Cuando el impostor acude a mi mente, y me bloquea impidiendo ponerme con la escritura, algo que me aporta mucha felicidad y me ayuda a llevar el día a día, trato de hacer otra cosa. Me pongo a ver una película, una serie, salgo a dar una vuelta o incluso hablo con mi pareja o mis amigos para distraerme todo lo posible. 

Cuando tengo días en los que el tiempo se me echa encima y necesito acabar una historia bien porque es para una convocatoria o porque el tiempo de publicación está demasiado cerca o cuando tengo un día en el que estoy harta del impostor y quiero escribir porque si, me pongo delante del manuscrito, me pongo alguna canción que vaya con lo que estoy escribiendo y me obligo a escribir. No en plan bruto, ni si tienes un momento de bajón fuerte tampoco, pero en el resto de casos intento obligarme a hacerlo. 

Porque escribir en definitiva me hace feliz y luchar contra el impostor, que me hace ver que no es así y que no valgo para esto o que soy un desastre escribiendo, necesito poder darle un buen portazo y mandarlo bien lejos de vacaciones infinitas, aunque siempre acaba regresando el muy sinvergüenza. Me obligo a escribir, a demostrarme que puedo con ello y que no va a acabar con mi pasión, que no voy a dejar que sus mentiras calen en mí. 

Porque es mentira, no es cierto que no valgas para escribir. Todos vamos aprendiendo y al principio puede que lo que escribas tenga menor calidad pero eso tiene solución, seguir practicando y pedir ayuda a betas y lectores cero, incluso contratar un buen corrector que te ayude a pulir tu técnica, pero eso no quiere decir que no seas bueno para esto ni que tus escritos no valgan nada. 

Piensa que el impostor solo es un vecino pesado que te habla cuando tu le estas tratando de ignorar, y que solo necesitas ignorarlo lo máximo posible. A veces es complicado, nos hunde y nos complica la vida, pero luchar contra él nos hará fuertes. Aunque a veces tardemos mucho tiempo en aprender a dominarlo. 

Somos como un guerrero tratando de liberar su reino, que intenta luchar pensando que es un desastre pero sabe que en el fondo si no lucha lo que más feliz le hace desaparecerá para siempre. No pasa nada por no poder luchar contra el impostor siempre, habrá momentos en los que podrá con nosotros, lo importante es saber que intentaremos luchar contra él otro día, la siguiente vez que aparezca molestando. 

Date tiempo, no eres menos escritor por sentirse hundido o por no poder escribir un día, un mes o un año. El impostor acecha, a veces durante demasiado tiempo. Recuerda, que eres válido, que tus escritos lo son y que el impostor nunca podrá contigo para siempre. A veces también es necesario contárselo a tus amigos escritores y que entre todos luchen juntos para que se marche. 

La comunidad escritoril es muy bonita y siempre estamos ahí para poder ayudar. ¿A qué impostor tenemos que darle con la sartén esta vez? 

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: